Oh Sahara…
Hoy que
mis manos sienten por primera vez tu piel, la cual es suave como las nubes y
arrugada como el mar, con un color que hasta la fruta más hermosa tiene
envidia, con un olor que evoca la grandeza de lo que eres: "Un gran
milagro".
Al ver tu
rostro veo la perfección hecha mujercita, no solo tu piel hermosa, sino esos
labios que ni Blanca Nieves pudo tener, esos ojos que aunque aún no abres,
traen el cielo a la tierra, esas mejillas que esconden esa hermosa sonrisa que
ilumina la habitación.
Escuchar
como llamas mi atención y provocan en mi ganas de protegerte de todo mal, que
en este instante siento cuando por primera vez escucho la melodía de tu voz, como
la tierra se estremece.
Oh amada
mía, fortuna de esta indecente, que vino a ser premiada con la dulzura de tu
ser y con la agonia de la incertidumbre.
Oh amor
mío, como quisiera que ni el tiempo, ni el espacio nos separara, pero es cierto
que tierras extrañas serán tu abrigo, donde el sol celoso de tu presencia muere
cada atardecer.
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